Quosque
tandem abutere patientia nostra
Tomás Ruiz-Rivas
Esto, lo advierto desde el principio, va a ser más de lo mismo.
Hasta he decidido repetir la broma del latín, para que no quede
duda de que sigo con los mismos problemas, con la misma gente, aunque
en otro escenario. He de decir en mi descargo que estaba preparando
un comunicado número 3 inspirado en un ídem del autodenominado
Instituto de Arte Contemporáneo, cuando se presentó la
urgencia de dar respuesta a nuevas iniquidades de la Consejería
de Cultura de la Comunidad de Madrid, donde tan queridos amigos tengo.
El affaire comienza cuando a finales de marzo una representante de la
empresa de gestión cultural “RMS La Asociación”
me llamó para invitarme a un evento en el Centro de Arte Santa
Mónica de Barcelona, donde la noche del 27 de abril se va a hacer
una presentación de la escena artística emergente madrileña.
La idea me parece buena, y aunque evito participar en eventos cuyos
organizadores no conocen el Ojo Atómico, y que al invitarme de
oídas demuestran poco rigor y ningún respeto a mi trabajo,
el que se haga en el CASM me parece un argumento suficiente para aceptar.
Pero hay algo que me inquieta. Quizás lo inverosímil que
resulta que los RMS me quieran invitar, quizás que por otro lado
me llegan rumores de que quien está detrás de esto es
la Comunidad de Madrid… El caso es que pido una invitación
formal por escrito, en la que se incluyan “la propuesta y
los detalles que consideres necesarios (Qué institución
promueve el evento, en qué se fundamenta el tipo de propuesta
y la selección, etc.)”
El documento remitido como respuesta dice en su primer párrafo:
“Entresijos y gallinejas tiene como objetivo presentar el panorama
creativo en la Comunidad de Madrid a través tanto de artistas
madrileños (…) como de la actividad que desarrollan en
la Comunidad colectivos artísticos y grupos independientes que
se dedican a la gestión cultural.” Debo reconocer
que RMS ya me había indicado que el evento era una verbena, y
también que yo ya indiqué mi desacuerdo con esa imagen
festiva, pero lo que no sabía era que el título de la
misma era “Entresijos y Gallinejas”. Y aunque no es el tema
del comunicado, creo conveniente detenernos un poco en este punto:
Cuando inauguramos la tercera etapa del Ojo Atómico en 2003
pronuncié una larga y pesada conferencia en la que situaba como
eje de nuestro futuro trabajo un análisis de las cargas de profundidad
que el franquismo y la transición han dejado en la cultura española,
incluidos temas como la presión que la construcción simbólica
de lo español hecha por el franquismo sigue ejerciendo sobre
nosotros, o la vigencia del esperpento. En un determinado momento me
lanzaba a afirmar:
“La situación excepcional de España durante
la dictadura militar – un régimen autoritario y confesional
frente a las democracias parlamentarias características de los
países occidentales – se acaba con la proclamación
de la constitución de 1978. En lo político se lleva a
cabo una transición cuyos aciertos y errores no vamos a analizar
aquí. En lo cultural, como en casi todas las demás esferas
de la vida, se da una continuidad perturbada tan sólo por dos
fenómenos: la reaparición de los nacionalismos, que llevan
a cabo una regeneración cultural desde posiciones extremadamente
conservadoras, y la movida madrileña, que lidera esa regeneración
en las comunidades hispanohablantes. Ambos fenómenos tienen algo
en común: evitan una reflexión sobre su propio origen
y su entroncamiento con la realidad inmediatamente anterior.”
La reaparición de lo cañí ante mis ojos, de
una manera además tan descarnada, sin aplicar siquiera el filtro
almodovariano, me dejó de piedra, la verdad. Y para colmo aquella
misma semana la Fundación Canal me envió por correo un
botijo. Sí, un botijo. Ahora me despierto cada mañana
temiendo que La Fábrica anuncie la primera edición de
Bhoina-España, y he soñado que Álvaro Ballarín
y Lina Morgan son la misma persona. Hablando en serio, lo cañí,
ese humor chusco y auto-denigrante, tiene un sórdido componente
político. Es un humor en el que el español se regodea
en las miasmas de su fracaso histórico y del largo embrutecimiento
de aquella Castilla que “envuelta en sus andrajos desprecia
cuanto ignora”, y que el franquismo colocó como alternativa
a la modernidad europeizante y laica de la II República, otorgándole
un lugar central en su constructo de España.
A mí me horroriza, y creo que enmarcar la escena alternativa
de Madrid en una verbena de entresijos y gallinejas proyecta una imagen
degradada de las propuestas artísticas de carácter progresista.
El discurso que unos y otros estamos construyendo desde nuestros espacios
y convicciones se incorpora al chiste grueso, convirtiéndose
en parodia, en esperpento, y queda políticamente desactivado.
Y nosotros mismos, artistas, curadores o teóricos, nos vemos
ridiculizados, o si se me permite recurrir al maestro del cañí
Santiago Segura para inventar un término que lo describa, somos
torrentizados por estos mediadores e instituciones.
Una de las peores taras del arte español es la propensión
al chistecito, al golpe de ingenio. A substituir el pensamiento profundo
y comprometido por bromas superficiales, que rozan los problemas pero
los mantienen a una distancia prudente. Quizás el largo silencio
nos ha dejado impedidos para hablar, incluso de asuntos personales,
y quizás el miedo, a fuerza de prolongarse, se ha convertido
en cobardía. Lo cierto es que hasta el día de hoy a nuestra
producción cultural le sobra buen rollito y le falta rabia.
Evidentemente los autores de la idea no han calculado con frialdad la
manera de desactivarnos por medio de lo cañí, simplemente
nos ven así. Graciosos.
Pero éste no es el motivo del Comunicado. La cuestión
sigue siendo, como en el que dediqué al Homenaje a la Movida,
la verdad. No una u otra verdad, pues ninguna lo es del todo, sino la
verdad como fuente de legitimación, o como espacio de convivencia,
o como estructura más profunda de la vida política; su
correcta definición va mucho más allá de lo que
puede alcanzar este comunicado y de donde llegan mis conocimientos.
Pero se trata de la verdad y de su contrario, la mentira. Y ya es casualidad
que no hace mucho, en un contexto muy distinto, el director del Santa
Mónica y yo hayamos hablado brevemente sobre esto.
Una de las aclaraciones que pedíamos tanto el Antimuseo como
Liquidación Total era la trama institucional que había,
o hay, tras los mentados entresijos y gallinejas. Pese a que en sucesivos
e-mails los organizadores nos aseguraron su independencia respecto a
la Comunidad de Madrid, pudo más la sospecha de que se trataba
en realidad de un proyecto fraguado y promovido desde Alcalá
31, y ambas asociaciones decidimos rechazar la invitación, según
formalizamos en la siguiente carta:
“Estimada Rocío Gracia:
Con Copia a Ferrán Barenblit
Madrid, 2 de abril de 2007Tras estudiar el breve documento de invitación
que nos ha sido remitido, Liquidación Total y del Antimuseo de
Arte Contemporáneo hemos decidido renunciar a participar en el
evento titulado “ENTRESIJOS Y GALLINEJAS”, por los siguientes
motivos:
1º) Desde la premisa de que el objeto artístico adquiere su valor
– simbólico, económico, político, etc. –
dentro y en virtud de un complejo juego de relaciones, consideramos
que el formato de verbena y el aire pretendidamente lúdico que
se pretende dar a la presentación del arte actual madrileño
contribuye a comunicar una visión de la creación artística
como espectáculo, banalizada y políticamente desactivada.
2º) También consideramos que es un escándalo que en la
Comunidad de Madrid no exista al día de hoy un sistema de apoyo
a la creación, y que el acceso a los recursos públicos
no se haga por cauces democráticos y transparentes, sino en función
de los contactos personales y las afinidades políticas de los
mediadores, y en consecuencia no podemos aceptar que las mismas instituciones
que nos niegan nuestros derechos nos quieran usar como demostración
y aval de unas políticas culturales que no están haciendo.
3º) Es particularmente desafortunado que este evento se haga en periodo
electoral, y que los mismos que durante años han intentado acabar
con la escena alternativa de Madrid quieran usar ahora nuestro esfuerzo
y prestigio para ocultar su iniquidad.
A cambio nos ofrecemos a defender nuestras posturas artísticas
y políticas en el marco adecuado de un encuentro teórico,
con la seriedad y dignidad que creemos que nuestro trabajo merece.
Con un cordial saludo
Antimuseo de Arte Contemporáneo
Liquidación Total
Alguien que no conozca cómo están las cosas en Madrid
puede pensar que somos unos paranoicos y unos exaltados. Si tanto nos
han insistido desde RMS y desde el CASM en que es un proyecto de este
último, que simplemente cuenta con un apoyo económico
de la CAM, ¿por qué suponer que pueda estar dentro de
una estrategia más amplia de Consejería de Cultura madrileña,
y que se nos quiere manipular con fines electorales?
Ni idea, les aseguro que no teníamos ninguna información
al respecto, pero yo no supe si reír o llorar cuando el 14 de
abril, fecha memorable por otra parte, leí en El País:
“Barcelona recibirá la cultura "hecha en Madrid"
en plena polémica lingüística
El programa cultural del Gobierno de Aguirre en Cataluña cuesta
un millón de euros”
Y más abajo: …Santiago Fisas, consejero de Cultura
y Deportes de la Comunidad de Madrid, puso ayer su mejor cara para presentar
en Barcelona Made in Mad, el programa con el que el Gobierno autonómico
madrileño quiere promocionar del 23 de abril al 2 de mayo en
Cataluña "la cultura hecha en Madrid, una ciudad abierta
en la que todos tienen cabida".
Y por supuesto se anunciaba, dentro de Made in Mad, la exposición
Entresijos y Gallinejas en el Centro de Arte Santa Mónica.
No voy a entrar en consideraciones sobre el papel que han jugado nuestros
interlocutores en esta historia, ni me interesa conocer sus motivaciones
y responsabilidades. Espero que la verbena resulte muy divertida y que
la inteligencia de su público no sea ofendida más de la
cuenta. De paso invito a los otros colectivos madrileños que
están en el programa a declinar la invitación, y a algún
amigo desconocido de Barcelona a fotocopiar este texto y repartirlo
en la verbena.
En lo que si quiero entrar es en la desfachatez del señor Fisas,
que según el mismo artículo declaró que: “Entre
lo que aporta la consejería de Cultura y el presupuesto de Turismo
de Madrid el programa supone una inversión de un millón
de euros", indicó Fisas, quien aseguró que hasta
ahora no se había dedicado nunca un presupuesto específico
a apoyar la promoción exterior de los creadores madrileños.”
Y poco más adelante: "Ahora hemos iniciado una campaña
de apoyo a los creadores madrileños, tanto en España como
en el extranjero y la primera etapa es esta presentación en Barcelona…”
Pues los creadores madrileños tenemos la obligación de
informar a la comunidad artística catalana de que:
1. Llevarnos de cañas a Barcelona no es apoyar la creación
artística.
2. En la Comunidad Madrid no existen subvenciones ni canales administrativos
para solicitar ayudas para actividades de artes plásticas.
3. Por consiguiente el acceso a los recursos públicos depende
exclusivamente de los contactos personales con los altos cargos de la
consejería que preside el señor Fisas, o con él
mismo.
4. La misma consejería ha mostrado a lo largo de la presente
legislatura – y todas las anteriores – un completo desprecio
hacia el trabajo de los colectivos y espacios que ahora pretende exhibir
en Barcelona como demostración de su buena gestión.
5. Hemos de recordar también que cuando nos negamos a participar
en el Homenaje a la Movida esa misma consejería no tuvo reparos
en engañar a los madrileños e improvisar una falsa escena
alternativa montando exposiciones en una docena de bares en una zona
próxima a la sede de la exposición institucional.
6. Y desde luego Madrid no es una ciudad abierta en la que todos tienen
cabida.
El comportamiento de la Consejería de Cultura y Deportes de la
Comunidad de Madrid es desde todo punto de vista deshonesto y lesivo
para la cultura.
Madrid necesita un sistema de apoyo a la creación artística,
con participación del ayuntamiento de la capital y del gobierno
autonómico, que ofrezca a los artistas ayudas a la producción
de proyectos, becas anuales y trienales, y talleres subvencionados,
y a los mediadores no empresariales, sean personas físicas, colectivos
o asociaciones, y gestionen espacios, festivales, proyectos puntuales,
publicaciones o programas pedagógicos, un plan de choque en infraestructuras,
apoyos anuales y trienales, tanto para producción como para gastos
fijos, y apoyo en la difusión de sus actividades.
En esta legislatura que acaba han tenido los medios, ya que sólo
el Homenaje a la Movida y Made in Mad suman casi cinco millones de euros
de presupuesto. Y hay que hacer notar que son proyectos muy improvisados,
sin más contenido que el impacto mediático, y que sólo
pueden entenderse como parte de la agenda electoral del partido en el
gobierno autonómico. Este dinero habría sobrado para cambiar
el mapa cultural de la ciudad. Ahora mismo Madrid ya sería la
ciudad más dinámica y atractiva culturalmente de España.
También existen modelos a seguir: el mismo sistema catalán
de subvenciones que hace un par de años nos explicó Berta
Sureda en el Centro Conde Duque se podría adaptar con facilidad
a las necesidades de los creadores madrileños. Y existiría
un apoyo unánime, porque nadie puede estar en contra de la transparencia
y el rigor en el uso de los fondos públicos. Sin embargo no lo
han hecho, y han dilapidado un precioso capital humano y miles de horas
de trabajo. Algunos de los impulsores de las iniciativas más
interesantes han optado por la emigración, otros nos desgastamos
en condiciones infrahumanas de trabajo. Lo cierto es que vivimos una
situación regresiva, que se cierran espacios y se dejan de celebrar
festivales, que cunde el desánimo y no vemos salida por ningún
sitio. La escena que llegó a formarse hace cuatro o cinco años,
con varios espacios alternativos a pleno rendimiento, con una generación
joven invirtiendo y apostando en sus proyectos, ya ha desaparecido.
Pasarán 10 años antes de que una nueva generación
tome la iniciativa, y lo hará de nuevo sin referentes, sin apoyos
y sin contar con nuestra experiencia. Lo puedo decir porque yo estuve
en la escena de principios de los 90, con Espacio P, Estrujenbank o
Legado Social, y he estado en la escena de esta década, con Liquidación
Total y 29 Enchufes entre otros, pero no estaré en la que se
forme en la próxima, y el poco o mucho conocimiento que hemos
producido Ojo Atómico se habrá perdido. Eso es lo que
Santiago Fisas debería mostrar a los barceloneses. Que en Madrid
no hay cabida para posturas críticas, para proyectos independientes,
y que aquí no hay más arte que el que el que se hace desde,
por y para la institución, bajo el control y supervisión
de los políticos.
Para que no se diga que uno no ha dejado hasta el último aliento
en el intento, una vez más voy a plantear la necesidad de formar
una mesa de trabajo, en la que esté cabalmente representado el
parco tejido asociativo de Madrid, para llegar a un manifiesto de mínimos
que ponga sobre el papel los problemas y las necesidades reales de la
comunidad artística de Madrid. Creo que AVAM, por ser la asociación
con mayor representatividad social, debería asumir la responsabilidad
de convocar una primera reunión, para definir el universo asociativo
y el plan de trabajo. ¿Hay alguien más dispuesto?
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